¿Por qué periodismo?
Yo quería contar historias, hacer reportajes para televisión.
Esperaba contar historias que nadie contaba. Había un programa en la televisión
argentina, “Historias de la argentina secreta”, que contaba cosas relacionadas con
medio ambiente o patrimonio cultural o étnico. Me aficioné. Eran grandes reportajes
de cosas muy variopintas. Yo quería contar ese tipo de cosas. Durante la
carrera ya me volví más política porque cubrimos en una emisora de radio las
primeras elecciones tras periodos muy convulsos y ahí me fui metiendo en ese
ambiente. Tras terminar la carrera quería historias más políticas, estar en la
cresta de la ola. Eché papeles para hacer una beca aquí y ahí empezó todo lo
demás.
Doctora en Comunicación Pública por la Universidad de Navarra.
Tantas ganas que tenías de contar cosas y luego acabas dando clases de radio. ¿Por
qué el cambio?
La vida te va mostrando y ofreciendo puertas y abanicos que
quizá antes no te planteabas porque no los conocías. La comunicación pública me
interesa porque es parte del periodismo. El master estaba centrado en el
periodismo, pero se abría a otras cosas que también hablaban de comunicar. Te
abrían grandes posibilidades nuevas para mi, entre ellos, seguir estudiando. No
había pensado en el doctorado pero se me dio esa posibilidad tras el master. Seguía
queriendo contar cosas, pero en esta ocasión podía conseguirlo a través de un
trabajo de investigación. Tiene varias cosas comunes aunque desde fuera parezca
que no.¿Y por qué terminas enseñando asignaturas sobre radio?
Un periodista siempre tiene el gusanillo de trabajar de lo suyo. Veo a los alumnos hacer un programa de radio y digo ¡Ay! Quiero hacerlo todos los días. El gusanillo siempre lo tendrás. Pero la vida de adulto no solamente es hacer lo que te gusta, sino ser capaz de, por aquello que te gusta más, ser capaz de renunciar igualmente a otras cosas que te encantan igualmente. Eso es la responsabilidad.
Como profesora y vicedecana de alumnos que eres ¿qué opinas de la implantación de Bolonia?
Ante la crisis de la economía en general y de la comunicación
en particular, ¿qué se le dice a los alumnos, cómo se les anima?
Yo siempre digo que ante las crisis hay grandes
oportunidades. Se puede aprovechar para romper moldes, estructuras que ya no
sirven… Bendita sea la crisis si sirve para decirles a las grandes empresas que
concentran miles de redactores que redactan una pieza a la semana que tienen
que cambiar, siempre y cuando regalen oportunidades. Necesidad de contar cosas
siempre va a haber. No vendemos algo caduco. Lo que pasa que también hay que
cambiar, evolucionar. Los propietarios de los grandes medios son empresas que,
normalmente, no tienen nada que ver con el mundo de la comunicación. Las
estructuras actuales están haciendo aguas porque están encontrándose con una
enorme competencia por miles de sitios. Ya no compiten con sus rivales normales
y encima los nuevos ofrecen lo mismo, pero gratis. No están preparados para
estas novedades. La empresa no funciona. Y son los que trabajan quienes lo
sufren. Además, las rutinas profesionales han cambiado y el periodista debe
adaptarse, evolucionar. La forma de contar las cosas, particularmente, es
distinta y hay que asumir que hay nuevos modos de hacer las cosas y nuevos
trabajos para una misma persona. El perfil cambia. Es el momento de comerse el
mundo. Lo verdaderamente importante es saber usar todas las novedades y
herramientas para mejorar el periodismo. A fin de cuentas eso es lo que vende y
siempre venderá, el buen periodismo.
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