invade mi vida a mordiscos
sin saber que alguna vez,
no reí con todos los dientes,
no cerré los ojos al encanto y temí toda impresión.
alborótame los pasos,
cambia mi línea recta,
oblígame a caer, a temer, a dudar,
a carcajearme de mí misma.
Mírame imperfecta, saboréame agridulce,
quédate cuando truene, vete cuando yo quiera,
déjame marearte, confundirte, complicarte,
mientras me haces cambiar de dirección.
Y así, solo así,
seremos dos equivocados ante el mundo,
dos desconocidos que se conocen perfectamente,
dos extremidades de una misma realidad que,
sin embargo, no existe.
Imagen: Pexels
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