lunes, 12 de noviembre de 2012

Entrevista a Sara Labalestra


¿Por qué decidiste dedicar unas horas libres a trabajar en reprografía? ¿Qué te aporta?
Lo decidí básicamente por ayudar a mis padres económicamente y porque quería algo de independencia.
La experiencia que aporta estar siempre rodeada de ordenadores. He conocido a muchísima gente gracias a este trabajo. Tanto a colaboradores como a estudiantes de la universidad en general. Haces migas con muchos y te fuerzas a trabajar de cara al público. A poner siempre una sonrisa. 


¿Cuando y cómo empezaste? ¿Si te quedase más tiempo en la universidad, continuarías?
 Empezé a comienzos de segundo de carrera. La razón de ser fue porque me mudé de una residencia en la que trabajaba para vivir a un piso. Obviamente, la economía familiar se hubiera visto muy mermada si no hubiese decidido trabajar. Me preocupé porque el trabajo fuera flexible para no perderme clases. Finalmente mi asesora me recomendó a los Servicios Informáticos de la universidad y en seguida me hicieron la entrevista de trabajo Tuve la suerte de que buscaran a gente nueva de los primeros cursos y que estuviera disponible por las mañanas, así que yo era la candidata perfecta. Absolutamente. Es un trabajo sosegado y muy flexible (tú mismo eliges las horas que quieres trabajas y la facultad), que te permite estudiar en horas de trabajo e ir a las clases. No ganamos mucho, pero cuanto más trabajes, más ganas; por eso se puede decir que es agradecido.

¿Alguna anécdota curiosa, graciosa... que te haya ocurrido?
Anécdotas tenemos muchas entre los colaboradores. Siempre que nos juntamos las compartimos y nos reímos de lo surrealista que puede ser la vida. En una ocasión me tocó estar enferma y trabajar al mismo tiempo (porque no encontré a un sustituto para mis horas) y del dolor me tuve que recostar como si me fuera a dormir. El día anterior había sido un puente tremendo, de estos en los que cada bar y discoteca decide hacer fiestas especiales. Era temprano por la mañana así que las reacciones de muchas personas (la mayoría chicas) fue de observarme y comentar cosas como "seguro que está de resaca". En ese momento quería estrangularlas a todas, porque obviamente no había salido. Pero bien pensado es una anécdota graciosa. De todas formas siempre viene gente que pregunta cosas extrañas. La última cosa que me sucedió fue que, estando en el CTI de Comunicación, en el que la mesa es casi el doble de alta que yo cuando me siento, pasaron un chico y una chica hablando frenéticamente sobre alguien con el que seguramente habrían discutido. El chico paró en seco al pasar la habitación del control en la que me hallaba. Luego asomó la cabeza y yo me asomé por el borde de la mesa (sólo se me ven los ojos). El chico enrojeció, sudaba mucho y se disculpó diciendo "Lo siento, perdón. Pensaba que eras María". Así se llamaba la chica de la que hablaban. Creo que no paré de reír en cinco minutos.

¿Has adquirido algún conocimiento que te sirva en un futuro?
He sabido como tratar a la gente cuando está nerviosa. En el CTI siempre viene gente con prisas que a última hora imprime cantidades equivalentes al quijote para alguna entrega ugentísima. La experiencia me ha enseñado que no hay que tratar e esta gente igual que te tratan a tí o a la máquina de impresión. Si sonríes, das ánimos y alguna solución si está en tu mano, se van felices y contentos, aunque sigan corriendo.

¿Por qué decidiste estudiar publicidad?
Decidí estudiar publicidad por casualidades de la vida. Un día, un profesor mío muy apreciado por toda mi clase de bachillerato, trajo un par de libros que hablaban de la publicidad. Uno de ellos era una crítica aberrante, el otro era uno de la colección de Taschen: "Advertising Now", en el que se mostraban campañas premiadas de todos los países. El pobre profesor tenía la intención de hablarnos sobre la manipulación en los medios y le salió el tiro por la culata conmigo. En la publicidad vi una amalgama de cosas que me encantaban; los juegos de palabras, las ilustraciones, las fotografías, los mensajes caricaturizados, los eslóganes... todo se utiliza como en un puzle en publicidad. A mi me gustaba todo lo que veía, y decidí estudiarla.

¿Cómo ves tu futuro dentro de unos años?
El futuro lo veo, sinceramente, lleno de posibilidades. No soy nada pesimista, porque prefiero vivir de ilusiones y tener una razón para levantarme cada día a pensar que mi futuro es de color azabache. Presiento que si me esfuerzo lo suficiente, alcanzaré mis metas, ya sea aquí o en el extranjero; eso de momento no importa demasiado. Veo un futuro feliz. o al menos aspiro a ello.

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