miércoles, 9 de marzo de 2016

No me digas cómo ser mujer

No entiendo la manía, la hipocresía, la necesidad de encasillar cuando se intenta, precisamente, abandonar la soga que lleva atando al sexo femenino durante tantos años. ¿Qué se busca con estar convirtiendo a la mujer, cada vez más, en un grupo aislado con sus propios atributos?

No me digas cómo son las mujeres. Dime cómo son las personas. No me definas. No quiero que lo hagas. No te lo he pedido. No quiero que ningún colectivo, ningún partido político, ningún sindicato, generalice y diga lo que quieren o no quieren las mujeres.

La última moda es decir que nosotras somos fuertes, que somos independientes, que somos inteligentes, válidas y capaces, que no entramos en el genérico del idioma, que un porcentaje de las plantillas de las empresas deben ser mujeres, que tenemos que estudiar carreras de ciencias, porque la cosa se queda descompensada en las estadísticas...


Y ya lo estáis haciendo. ya me estáis diciendo cómo debo ser, clasificando y metiendo dentro de un grupo. No hay mujeres, hay personas, y en el momento en el que TODOS entendamos esto, colectivos feministas con buena intención incluidos, será cuando acaben nuestros problemas. 


Hay mujeres fuertes de carácter, por supuesto, pero también las hay débiles, igual que los hombres. Lo mismo sucede con la independencia, la inteligencia, la validez y la capacidad. Hay mujeres que tienen unos atributos menos desarrollados que otras, pero que son útiles para otras funciones de la vida. Y lo mismo sucede con ellos. ¿Vamos a clasificar las posiciones directivas de una empresa en función de sexo y no de validez? Hoy en día eso se hace en detrimento de la mujer, pero, quizá, el día de mañana, por la imposición del 50-50 sea el hombre el que salga perjudicado. Puede pasar perfectamente que en una plantilla de trabajadores concreta ellos sean más válidos que ellas. Y viceversa, por supuesto.

¿Qué pasa si yo me siento identificada con el genérico del español y me parece una estupidez que en los textos institucionales haya que ir escribiendo todos y todas los y las compañeros y compañeras? ¿O si me parece una ridiculez que quieran cambiar el nombre del Congreso para que no incluya "de los diputados" porque para algunos implica solo a los hombres? El idioma tiene otras muchas maneras de discriminar, como cuando se dijo que las turistas muertas en Ecuador iban solas. Ese "solas" se refiere a sin una figura masculina que, al parecer, hubiese evitado su muerte. Eso SÍ es machismo y motivo de crispación.

Y, por cierto, si no me gustan las ciencias, ¿voy a tener que ponerme a estudiar una ingeniería solo para que a vosotros os salgan los números? Lo siento, pero no. Si una chica quiere estudiar debe sentirse en libertad de elegir. Entiendo que, actualmente, se considera que ellas son más válidas para las letras y que se desea acabar con semejante cliché pero ¿la solución es obligarlas o empujarlas a ello?

La solución es educar. Educar en la libertad de expresión y de existencia. En la convivencia y la igualdad, sin hacer creer a las niñas que tienen que estar a la defensiva solo por serlo. Educar en que ser mujer no significa ser diferente. No significa ser madura, fuerte, débil, maltratada
o maltratadora, histérica, independiente, valiente, necesitada de protección... No. Ser mujer significa ser persona. Y ser persona significa poder ser como a cada uno nos dé la gana mientras no coartemos a nadie de ninguna manera. 

Así que no me digáis cómo ser mujer porque ya lo soy. Y no necesito de definiciones para conocerme.

Imagen: Pexels

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