de repente, me da un susto.
Me sube por la espalda a la vez que por el estómago,
hace que mi cerebro gire sobre sí mismo.
Me asalta,
me grita,
me agita.
Mis ojos iluminan todo lo que ven,

Ya no hay nada ni nadie que pueda sacarme de este estado,
como si hubiese sido transportada a un universo diferente.
Quizá me he alejado varios planetas del mío,
quizá estoy donde siempre.
Lo que sé es que los puntos negros ahora son blancos.
¿Siempre estuvo ahí esa idea?
Es posible.
Es una vieja amiga que se convierte en nueva cada día
y, sin embargo, podría jurar que no la he visto nunca.